La región Latinoamericana se ha postulado como un mercado único para la inclusión de servicios dedicados a los dispositivos móviles. La mayor parte de la población latinoamericana no dispone de una cuenta bancaria, por lo que la implementación de distintas soluciones de pagos móviles resulta mucho más sencilla.
 

La implementación de Internet entre la población chilena se encuentra entre las más altas de América Latina, con una alta demanda en cuanto a conexión local. El uso de internet móvil se ha convertido en la conexión a internet primaria para gran parte de los chilenos. El uso de conexiones a Internet fijas sigue siendo bastante limitado en comparación con otras partes del mundo, pero el Internet y la banda ancha móvil se han logrado asentar en el mercado en los últimos años.
 

Las velocidades de descarga en Chile son generalmente más lentas que el promedio mundial, con redes como Nextel, Movistar, Entel y Claro que ofrecen velocidades de descarga de entre 0,5 MB / s y 0,9 MB / s. Estas cifras están muy por debajo del promedio mundial de 1,8Mb / s, lo que significa que con el fin de hacer un uso efectivo de las capacidades actuales de la red chilena, cualquier aplicación de banca o pagos móviles tiene que disponer de pequeños paquetes de datos. Sin embargo, la GSMA prevé que, para el 2020, casi el 80% de los teléfonos móviles chilenos dispondrán de una mayor velocidad 3G y, cada vez más, de redes 4G.
 

El uso de teléfonos inteligentes se ha convertido en algo convencional entre la población del país y sigue creciendo en popularidad, con más del 39% de la población utilizando smartphones y el 91% poseyendo un teléfono celular, según un estudio realizado por Pew Research. Existen iniciativas para ofrecer smartphones más asequibles en Chile; por ejemplo, Telefónica presentó el Alcatel One Touch Fire en febrero de 2014, con un precio de 29.990 pesos (alrededor de 52 dólares), de acuerdo con GSMA. En términos de sistemas operativos, Android domina el mercado con una cuota del 63%, en comparación con el 25% de los consumidores que utilizan el sistema operativo iOs.
 

La implementación de Smartphones entre la población chilena superará el uso de teléfonos celulares convencionales en un corto periodo de tiempo, aumentando el uso de redes de Internet y datos móviles. En 2014, Telefónica experimentó tasas de crecimiento en el uso de datos móviles del 83%, mientras que Claro registró un aumento del 38% en el contrato de datos chilenos.
 

Esto ha aumentado la posibilidad de que los pagos móviles basados en la línea, que a su vez han dado lugar a mayores tasas de comercio móvil. Estos resultados han abierto la puerta a la implementación de pagos móviles en la región, llevando al desarrollo de distintas posibilidades de comercio móvil.
 

Los pagos móviles se han desarrollado con sorprendente facilidad en Chile. En 2013, el 31% de la población chilena utilizaba activamente el comercio móvil. Los consumidores en Chile se muestran favorables ante iniciativas de m−commerce, con un 20% participando activamente en la banca móvil, en comparación con sólo el 12% de la vecina Argentina. Los consumidores en Chile también han demostrado una particular predilección por la banca móvil y una fuerte cultura bancaria en comparación con otros países de América Latina.
 

La adopción acelerada de los pagos móviles en Chile también se corresponde con la amplia variedad de formas de pago que se utilizan en todo el país. Las transferencias realizadas mediante SMS P2P son muy populares y son utilizadas por un gran porcentaje de la población, especialmente por aquella que no tiene acceso a una cuenta bancaria u otros servicios financieros, que representa casi la mitad de los adultos en Chile. También existen los pagos basados en tecnología NFC y Bluetooth, como la Tarjeta Bip!, un sistema de tickets de transporte en que se asemeja al sistema de tarjetas Oyster de Londres. BBVA Monedero también se introdujo recientemente en Chile y ha conseguido grandes progresos. El éxito de los pagos móviles en Chile podría ser visto como una oportunidad para la entrada de la industria en otros mercados, como pueden ser campañas de marketing tales como los cupones de descuento o acciones de fidelización del cliente.
 

La adopción de los pagos móviles también está plagada de retos. La seguridad de los pagos realizados a través de dispositivos móviles es todavía un problema masivo en Chile, con el aumento de la desconfianza de los usuarios hacia los smartphones. El ya famoso hackeo de la 'Tarjeta BIP!' en 2014 transportó el tema de la seguridad de los pagos móviles a todos los medios nacionales. Dicho esto, los nuevos formatos de pago son cada vez más generalizados. El año 2014 observó un aumento del 3% en pagos con tarjeta y un aumento del 14% en las transacciones electrónicas; Sin embargo, el pago mediante efectivo sigue siendo la principal forma de pago para más de la mitad de la población.
 

Con una tasa de crecimiento CAGR previsto del 8,8% entre 2014 y 2019, junto con el apoyo del gobierno y el Banco Mundial, entre otros, el mercado chileno está posicionado para disponer de las redes 4G más sólidas de América Latina, así como una mayor penetración de los Smartphones de gama media o asequibles. América Latina abarca el 10% de los usuarios de telefonía móvil de todo el mundo, cifra nada desdeñable si la comparamos con América del Norte, que representan el 6%. Tales datos posicionan a América Latina y, sobre todo, a Chile como un mercado altamente lucrativo en materia de pagos móviles.
 

Omlis está trabajando para ofrecer pagos móviles seguros en Chile a través de su asociación con ISN, consultoría de tecnologías de pago con sede en Santiago. Omlis ofrece una solución para pagos de cualquier modelo de dispositivo móvil, incluyendo tanto los teléfonos funcionales como los smartphones, ofreciendo una solución de pago móvil adaptable, altamente eficiente y completamente segura para la banca y el comercio. El mercado de los pagos móviles en Chile presenta una oportunidad para ofrecer transacciones completamente seguras de pago móvil.
 

Fuente: entornointeligente.com