Actualidad del mercado de tarjetas y transacciones electrónicas en Chile
18 de Marzo, 2015 - Chile
Por: Javier Etcheberry, Presidente Ejecutivo de Multicaja
El mercado de tarjetas y transacciones en Chile es muy particular, ya que es el único país del mundo donde hay un solo player que actúa en la adquirencia y operación de tarjetas bancarias, que es Transbank. Esta empresa es propiedad de los mismos bancos y el 51% de ella es controlada por los dos bancos más grandes en el país.
En este escenario, los montos transados en tarjetas de débito y crédito históricamente han ido al alza, y se proyecta que seguirán subiendo pero a tasas decrecientes por saturación de mercado. Se estima que las tarjetas tendrán una tasa de crecimiento promedio de un 12,9% orgánico anual, mientras que para el e-commerce será del 15%.
Está claro que aún existe mucho espacio para crecer en este mercado. En 2013 las transacciones de débito y crédito en Chile correspondieron al 14,64% del PIB. En EEUU esta cifra llegó al 23,9% en 2012 y en Inglaterra la proporción fue de 33% para el mismo año.
El hecho de que exista un solo adquirente y operador de tarjetas bancarias obliga a que la innovación de toda la industria la realice una sola empresa, sin competidores, lo que se ha transformado en una limitante para que el mercado electrónico siga creciendo como lo han hecho otros países de la región.
El primer grupo que se ha visto perjudicado son los segmentos con menos poder adquisitivo. La presencia de los pagos con tarjetas es mínima en este grupo porque se ha privilegiado el servicio en los grupos y sectores más acomodados.
Por ejemplo, en Chile no existen tarjetas de prepago multipropósito y actualmente sólo los bancos están autorizados para emitirlas. Sin embargo, ninguno lo ha hecho.
En comparación con otros países, tampoco existen muchos lugares para realizar pagos con tarjetas. Un país desarrollado cuenta en promedio con 2.022 POS por 100.000 habitantes. Los países de la Zona Euro tienen en promedio 2.153 POS por 100.000 habitantes. Chile tiene sólo 450, y está incluso por debajo del promedio mundial de 473.
De los 400.000 comercios (micro y pequeños) que existen en el país, sólo el 18% pueden recibir pagos en tarjetas de débito o crédito. Sin competencia no se ven mayores incentivos para que este número de comercios aumente. Si se mantiene el crecimiento orgánico de captación de nuevos comercios (del 2% anual), y si además se crea un 5% de nuevos pequeños y medianos comercios de aquí a 2017, para esa fecha se tendría que solo el 22,8% de los comercios aceptarían tarjetas.
Lo anterior también se refleja en la presencia de ATMs o cajeros automáticos de dinero para giros en efectivo. En el Gran Santiago, el 33% de los cajeros se encuentran en las 3 comunas (de un total de 37) donde está el núcleo comercial de la capital. La mayor parte de la población tiene que desplazarse a estos centros para obtener efectivo.
La baja cobertura de ATMs es un tema sensible en el país en este momento y la autoridad ha prestado especial atención a su reducción. Sin embargo, se ve difícil que los bancos aumenten el número de ATMs, ya que el 22% de los 8.162 cajeros existentes tienen menos de 5.000 transacciones mensuales, el mínimo para que un cajero sea rentable.
Otro servicio desatendido en Chile son los pagos de beneficios del Estado. Hoy el 95% de estos pagos se realizan de forma presencial. Esto constituye un gasto de US$ 59,6 millones al año, y al alza en la medida en que aumente el número de prestaciones.
Otro sector del comercio electrónico que no ha crecido como es esperado es el de pagos por la web. El proceso resulta engorroso desde la integración de la única alternativa de pago hasta la experiencia de compra, incluso para montos pequeños.
Finalmente, la innovación en pagos por teléfonos móviles es casi inexistente. La penetración móvil es superior al 100% de la población y parecería evidente que con buenas aplicaciones el móvil apareciera como medio de pago natural. Sin embargo, sin competencia e innovación no será fácil que surjan aplicaciones para aprovechar este mercado.
¿Cómo se modificaría el escenario con el ingreso de competencia a Transbank?
La autorización a que nuevas empresas ingresen en el mercado a competir con Transbank en la adquirencia o en la operación de tarjetas bancarias sería una excelente noticia para el país.
En términos macroeconómicos, se estima que si se aumentan las transacciones un 15,4% anual (12,9% orgánico promedio y 2,5% adicional por competencia e innovación) el PIB sería 0,4% mayor en 2017 por el efecto de crecimiento económico por transacciones con tarjetas (estimación realizada a partir del artículo ‘The Impact of Electronic Payments on Economic Growth’, Mark Zandi y Virendra Singh, Moody’s Analytics, marzo 2010).
Con este cambio, se esperaría que en tres años aumente la proporción de medios de pago sobre el PIB a un 23,4%, similar a la proporción de EEUU en 2012.
Con competencia, innovación y mayor bancarización, a 2017 se podría llegar a los 550 POS cada 100.000 habitantes (2% crecimiento orgánico y 2,5% de captación de comercios adicionales al año entre otras empresas adquirentes), lo que permitiría que Chile se posicionara por encima del promedio mundial actual.
Además, este incremento en POS permitiría que más comercios en lugares periféricos acepten pagos con tarjetas. Estos comercios deberían ser atendidos por las empresas entrantes al mercado. Difícilmente serían atendidos por Transbank, ya que esta empresa está posicionada en los comercios ubicados en zonas céntricas.
Si la captación aumenta orgánicamente un 2% y si entre actores adicionales se capta un 2,5% extra de comercios, para 2017 el 32,8% de 420.000 comercios podrán recibir pagos con tarjetas. Estos pagos no sólo se recibirían en POS tradicionales, sino que se abre la puerta para soluciones que se ajusten a las necesidades de cada comercio, como m-POS sincronizados con los smartphones, pagos con teléfonos móviles, etc.
Respecto a los pagos de beneficios del Estado, hay ejemplos de innovación en Colombia donde en cuatro años, el Gobierno logró disminuir en un 67% sus pagos presenciales trasladándolos a plataformas web.
En Chile, con competencia e innovación, se podría llegar a una disminución de un 50% en pagos presenciales a 2017, y con ello se estima que el Gobierno podría ahorrar US$ 18,5 millones al año.
Por otra parte, podrían existir nuevas alternativas para ofrecer giros bancarios en más lugares. Hoy en Chile existen distintas redes no bancarias que son capaces de proveer servicios a los comercios. Habilitar estos comercios como corresponsales bancarios permitiría girar efectivo en 25.000 comercios. Esto corresponde a un 274% de puntos adicionales, ubicados en sectores en los que el proveedor de ATMs en Chile, Redbanc, hoy no tiene cobertura.
No existen aumentos de costos al entregar giros en corresponsales bancarios en vez de los ATMs, ya que un POS de corresponsalía es capaz de financiarse a través de transacciones adicionales como las recargas de prepagos, pagos de cuentas u otros servicios. De esta forma, estos comercios pueden estar en lugares que requieran entregar pocos giros al mes y, en consecuencia, por un costo similar por transacción existe una oportunidad para los bancos de extenderse por todo Chile, sin aumentar sus inversiones.
Respecto a los pagos por Internet, con competencia e innovación, se facilitarían las soluciones para pagos en los sitios web. Chile cuenta con innumerables productos y servicios que pueden ser vendidos dentro y fuera del país. Si bien existe el know-how necesario para potenciar los pagos en sitios web, lamentablemente faltan alternativas innovadoras en los pagos. Hay ejemplos de países que son menos bancarizados que Chile pero tienen tasas mayores de ventas online por habitante. Esto ocurre en Brasil y en Argentina, que en 2013 tenían ventas de US$ 101 y US$ 82 por habitante respectivamente, mientras que la tasa de Chile fue de US$ 77 por habitante.
El último mercado que está muy limitado y que vería un beneficio es el de pagos móviles. En EEUU el 15% de las transacciones e-commerce son vía dispositivos móviles, y se proyecta que a 2018 este porcentaje ascienda al 54%. Chile es un país que podría estar liderando los desarrollos de software para pagos con móviles, sin embargo la innovación se ha trabado al no tener acceso a los medios de pago. Si se abre el mercado, en 2017 se podría llegar a que el 5% de las transacciones de e-commerce sean por teléfonos móviles, representando ventas anuales por US$ 226 millones.
Para que ingresen más competidores en este mercado, las marcas y autoridades deben tomar un rol protagónico, como ha ocurrido en EEUU, Brasil, Italia, Corea y Colombia. En algunos países han sido las propias marcas de crédito las que han adoptado medidas para promover la competencia en el lado adquiriente, como cuando VISA Europa, y luego seguido por MasterCard, decidió la habilitación para ejercer el rol adquiriente en el comercio, independientemente de si la institución emitiese o no tarjetas.
Por el lado de las autoridades chilenas, es necesario que reviertan la medida de la SBIF (Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras), institución que supervisa a los bancos, que rechazó la interconexión de Transbank con otras redes. Además, están pendientes otras medidas que permitan a otras redes competir en forma efectiva, como fijar las tasas de intercambio y permitir los prepagos por entidades no bancarias.
Algunas medidas ya están en el Congreso o en revisión por parte de las marcas, sin embargo se han mencionado medidas que se pueden implementar de manera inmediata para dar prioridad al tema de la competencia en la adquirencia en Chile, de manera que no tengan que pasar años antes de que se vea un efecto concreto en beneficio del país.
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