En la última década, Chile ha emprendido un sostenido crecimiento y desarrollo en materia económica. Esto se ve reflejado en cada informe que mide este tipo de fenómenos. Como por ejemplo el último publicado por la OCDE que, si bien redujo su previsión de crecimiento del PBI mundial, resaltó a Chile como el país que más crecerá hasta 2015 con respecto a los otros miembros del grupo.
 

En esa línea, la OCDE estima un crecimiento del país trasandino de 4,2% para fin de 2013, y del 4,5% para 2014. Sin embargo, ya para 2015, el organismo sostiene que la economía chilena debiera repuntar a un 4,9%.
 

Después de varios años de prolongados crecimientos, siempre es una incógnita qué sucederá cuando es inminente un cambio de gestión en un país. No obstante, el caso de Chile podría considerarse un tanto particular.
 

Es que la próxima presidente casi con seguridad volverá a ser Michelle Bachelet, quien representa a la izquierda chilena, para así suceder al derechista Sebastián Piñera. Y, aunque muchos puedan fantasear con un golpe de timón en la economía de ese país, lo cierto es que especialistas en la materia auguran que el camino será muy similar al del mandatario saliente.
 

"No creo que establezca un cambio específico en la política económica. No ha habido grandes cambios en la economía de Piñera con respecto a la de Bachelet", explica Mario Blejer, ex presidente del Banco Central argentino.
 

En ese sentido, Alfredo Coutiño, jefe de Economy.com, coincide en que la líder de la Nueva Mayoría no realizará grandes modificaciones en la economía de su país, aunque sí resaltó la necesidad de aplicar una moderación no sólo para el caso chileno, sino también para los países emergentes, ya que "el crecimiento que han tenido estas economías en año anteriores no se puede sostener de manera permanente a través de políticas estimulantes".
 

"Bachelet ya ha marcado su programa económico en el sentido de que sus dos primeros años van a ser de ajuste. Lo que implica normalizar tanto la política monetaria, como la fiscal. Y eso implica subir las tasas de interés y retirar los estímulos fiscales de economía. Esto va a hacer que se modere el crecimiento", analizó el especialista mexicano.
 

Por su parte, ambos autores coinciden en que, en cierta forma, la economía chilena es "poco saludable", ya que se encuentra concentrada en los commodities, según Blejer. Por eso, Coutiño hace referencia a la necesidad de aplicar ciertas reformas.
 

"En caso de llegar a la presidencia, la nueva administración atacaría el problema principal de la debilidad económica de Chile que es promover cambios y promover reformas que promuevan la inversión e incrementen la productividad y competitividad", aseveró el economista mexicano.
 

Pero ante la incertidumbre sobre la desaceleración del crecimiento de los mercados emergentes, ¿debemos hablar de un bache temporal o un síntoma a largo plazo? A partir de este interrogante tendremos dos visiones un tanto diferentes al respecto.
 

En primer término, Coutiño asegura que "esto es una llamada de atención para los países emergentes" por el simple hecho de que "no se puede sostener de manera permanente" el crecimiento económico que se vino desarrollando desde 2009, tras la época de recesión.
 

El caso de Chile es un ejemplo claro de esto último, ya que desde 2010 hasta 2012 registró un crecimiento de su PBI de alrededor del 6%. En esa línea, el economista mexicano adelanta: "Bachelet está planteando que el próximo año la economía no debe crecer más del 4%, después de haber crecido a tasas cercanas a 6% en años anteriores".
 

Al respecto, el jefe de Economy.com explica que para evitar que esto se convierta en un augurio de lo que puede llegar a venir, "hay que modernizar y reestructurar la economía".
 

Blejer, en tanto, se muestra un poco más optimista sobre el futuro de Chile y estos países emergentes al considerar que la baja en las previsiones de crecimiento constituyen "un efecto cíclico, lo que significa que es más temporal que permanente".
 

Asimismo, el economista argentino consideró a estos países como "los más dinámicos". Y reflexionó: "Por eso no creo que sea un problema a largo plazo".
 

Además, Blejer señala  que desde 2007 hasta el día de la fecha, el PBI de los países avanzados de la OCDE creció en un 0%. Mientras que, en términos reales, los emergentes lo hicieron en un 30% y China en un 60%.
 

Por otra parte, en octubre pasado el FMI estableció en sus proyecciones que la Alianza del Pacífico es el tercer bloque de mayor crecimiento en la economía mundial y proyectaba que, para 2018, podría ubicarse como el quinto mercado del mundo. Es una realidad que el bloque constituido en 2011, y que integran Chile, Colombia, México y Perú,  ha crecido notablemente. Sin embargo, los especialistas se muestran prudentes con respecto al futuro de la Alianza.
 

"Lo fundamental en la región, es la tasa de crecimiento de Brasil. Eso es seguramente lo más importante, porque Brasil siempre es el chico grande de la región", aseguró Blejer. Coutiño, en tanto, apuntó: "Si bien es un mercado potencial, no creo que existan elementos para decir que pueda convertirse en un competidor de otros bloques –que incluyen a los del Norte y Europa, principalmente-".
 

Sin embargo, en la misma línea de la OCDE, y a partir del programa económico que implementaría Bachelet en un eventual segundo mandato, Coutiño augura que Chile mantendrá su consolidación regional en términos económicos. "Lo que se alcanza a ver para la economía chilena, es que tendrá una moderación del crecimiento en el 2014, quizás en el 2015, con tasas alrededor del 4% y si se llegan a dar los cambios que promuevan la inversión que están planteando, yo diría que para el 2018, la economía chilena estaría remontando tasas de crecimiento más altas de 4%", analizó.
 

Por último, ambos especialistas coincidieron en un factor fundamental que no sólo marcará la suerte de Chile en los años posteriores, sino también de los países emergentes, como pueden ser México, Brasil, India, Sudáfrica, Rusia, entre otros. Ese factor se llama China.
 

Blejer explica que existe una estrecha "vinculación de los países emergentes con la caída del crecimiento de China". En ese sentido, "China tiene un impacto muy fuerte sobre los países de América Latina". Por eso, concluye Coutiño, "si se llegan a dar las reformas políticas que impulsó el Partido Comunista chino, creo que no solo beneficiará a la economía china, en el sentido de que les va a dar un crecimiento más estable, mayor y más saludable, sino que eso también va a repercutir en el resto del mundo. Sobre todo en los grandes proveedores en materias primas chinas como son los países sudamericanos".
 

Fuente: Infobae.com