Prácticamente ya no existen tiendas ni comercio en general, que no acepten el pago con tarjeta de crédito. De hecho, la frase “es que el sistema se cayó” puede significar la pérdida de gran parte de las ventas del día. Esto porque cada vez es más común que las personas manejen poco efectivo, y que el cheque no sea aceptado en varios establecimientos.
 

De acuerdo a las últimas cifras de la Superintendencia de Bancos (SBIF), el monto total adeudado por tarjetahabientes creció en agosto 16,50% (a 12 meses) y se convirtió, nuevamente, en el segmento con mayor incremento en el periodo.
 

¿A qué se debe? Partiendo por lo más básico, el acceso a las tarjetas de crédito ha ido en aumento. Además, según comenta el economista Patricio Rojas, de Rojas & Asociados, “está el hecho de que el uso de este instrumento, en términos de aceptación por parte del comercio, se ha ido elevando”.
 

Otra de las razones sería el desarrollo que ha experimentado el país en los últimos años, explica el decano de Economía de la Universidad Andrés Bello, Roberto Darrigrandi. “En un país como Chile, donde va creciendo el ingreso per cápita, aumenta más que lo proporcional el uso de instrumentos de pago como las tarjetas de crédito, al igual que en muchos países que son más desarrollados”, comenta.
 

El experto dice que el hecho de que la banca chilena muestre un crecimiento tan fuerte en este segmento tiene que ver con el avance de la tecnología. Y por esto, añade, “estamos abandonando el pago con efectivo y el cheque, que ha tenido una caída dramática”.
 

Algo similar opina el ex gerente general de la Asociación de Bancos, Alejandro Alarcón, quien afirma que las características de las tarjetas de crédito bancarias han favorecido las transacciones electrónicas y generado una tendencia en contra de los cheques.
 

¿Cuáles son esas características?
 

“Las tarjetas bancarias tienen características especiales que ayudan bastante a los consumidores”, agrega Alarcón. Por ejemplo, “algunos bancos ofrecen cuotas sin interés ni comisión”, asegura.
 

“Si se paga la tarjeta de crédito en el periodo que corresponde y no va aumentando el endeudamiento, la gente lo aprecia”, añade.
 

Este sistema de pago también tiene otras ventajas, que detalla Darrigrandi. “Es más seguro, con los chips y las claves. Desde el punto de vista comercial, tiene el incentivo de los puntos y la fidelización. Es un beneficio relevante”, afirma.
 

En definitiva, dice, no debiera llamar la atención que en los próximos años este negocio siga creciendo. “Todavía queda un tremendo espacio para que este producto crezca”, agrega.
 

Al alza, pero menos que en 2014
 

Si bien el segmento está al alza según los números de la SBIF, se trata de una variación menor que la registrada a la misma fecha del 2014 (28,08%).
 

Para el decano de Economía de la Universidad Andrés Bello, esto tiene que ver con que los consumidores están menos optimistas. “No solamente los bancos están más restrictivos, sino que las personas están más cautas en términos de endeudamiento “.
 

Según Rojas, de Rojas & Asociados, en tanto, “esta desaceleración del segmento es producto de que hay un menor dinamismo en la economía”.
 

Fuente: Diario Financiero, Chile