El pasado agosto, Mastercard anunció la compra de esa plataforma por 3.190 millones de dólares, lo que refuerza las capacidades de cuenta a cuenta de la compañía.

 

El Ejecutivo comunitario explicó este lunes en un comunicado que, de acuerdo con las normas europeas de competencia, no era necesario que las empresas informaran a Bruselas sobre la operación porque no alcanza el umbral de volumen de negocio por el que se considera que la adquisición tiene impacto en el conjunto de la Unión Europea.

 

Así, la compra se notificó a las autoridades danesas, noruegas y del Reino Unido.

 

Sin embargo, Dinamarca se puso en contacto con la Comisión Europea, pues los Estados miembros tienen la opción de pedir a Bruselas que examine una concentración que no tenga una dimensión comunitaria, pero repercuta sobre el comercio en el mercado único y "amenace con afectar de manera significativa la competencia" en el territorio del país que presenta la petición.

 

Austria, Finlandia, Noruega, Suecia y el Reino Unido se sumaron después a la solicitud danesa.

Tras recibir información de todos esos países, la CE consideró que la operación "amenaza con afectar de forma significativa la competencia" en el mercado de los pagos de cuenta a cuenta en los países nórdicos o pertenecientes al Espacio Económico Europeo (los Estados de la UE, junto con Islandia, Noruega y Liechtenstein), así como el Reino Unido.

 

El Ejecutivo comunitario también concluyó que se encuentra en mejor posición que los países para examinar las posibles consecuencias de la compra.

 

Por tanto, Bruselas pedirá ahora a Mastercard que le notifique la transacción. En cualquier caso, la apertura de una investigación no prejuzga su resultado.