Solo 12 pesos, de cada 100 que los colombianos destinan para sus gastos, se pagan con tarjetas de crédito, lo que sitúa al país en el sexto lugar entre un grupo de 18 países de Latinoamérica, donde, en general, el uso del dinero plástico es bajo.
 

El uso de la tarjeta en el país es muy inferior al de Uruguay (35,6 por ciento), Brasil (28,8 por ciento), Argentina (24,4 por ciento) y Chile (22,9 por ciento), donde las personas acuden con mayor frecuencia e intensidad a las tarjetas al momento de pagar sus compras, según el más reciente estudio del mercado de las tarjetas de crédito en Latinoamérica (2015), adelantado por la consultora BSLatam.
 

El poco uso que los colombianos le dan al dinero plástico está asociado a la baja aceptación que tienen aún las tarjetas (débito y crédito) en los comercios del país, la alta preferencia por el efectivo, el limitado acceso a las tarjetas y la poca educación financiera.
 

Aunque los POS que aceptan tarjetas en Colombia se ha duplicado en los últimos cinco años –pasó de 157.291 en el 2010 a cerca de 329.000 el año pasado, según la Superintendencia Financiera–, ese número continúa siendo muy bajo, si se tiene en cuenta el volumen de comercios existentes.
 

Por cada tres comercios que operan hoy en el país, solo uno acepta pagos con tarjetas, si se tienen en cuenta los cerca de 940.000 establecimientos del Registro Único Empresarial Social (Rues) de la Red de Cámaras de Comercio de país (Confecámaras).
 

La diferencia se amplía a solo uno de cada 5, si se incluyen los 1,8 millones de microcomercios que, según el Dane, funcionaban en Colombia el año pasado.

Otro problema es el limitado acceso a este medio de pago en Colombia, donde unas 7 millones de personas, de un mercado potencial de 23 millones, tienen tarjeta de crédito.
 

Hasta marzo pasado, el número de tarjetas de crédito activas en el país era de 12,8 millones, según la Superfinanciera, esto es, casi dos tarjetas por persona.

A simple vista, con las tarjetas débito no habría mayor lío pues hoy circulan unas 18,9 millones, pero, del monto total transado, el 13,5 por ciento corresponde a pagos y 86,5 por ciento, a retiros de efectivo.
 

El bajo uso de este medio de pago es, a su vez, una gran oportunidad para crecer, señala el estudio de BSLatam.
 

“Por las características de consumo de la región, el crecimiento debe ser buscado con el lanzamiento de nuevos productos, fundamentalmente en mercados en los que hay todavía mucho terreno por avanzar sobre el efectivo. Paralelamente, en los mercados regionales más maduros, la sofisticación de las propuestas comerciales e impulso tecnológico será imprescindible para retener al cliente”, indica.
 

Los sistemas de pagos que operan en el país reconocen ese atraso, por lo que se han dado a la tarea, primero, de ampliar la red de POS en todo el territorio con la incorporación de una nueva familia de estos dispositivos que funcionan desde los teléfonos inteligentes.
 

Según Gustavo Leaño Concha, presidente de CredibanCo, “es cierto que estamos por debajo del promedio de Latinoamérica, pero trabajamos para que esa transaccionabilidad crezca abriendo nuevos mercados, para que los clientes tengan la posibilidad de pagar con tarjetas y menos en efectivo”, dice.
 

Por eso anunció unas primeras inversiones por 40.000 millones de pesos, no solo en esa nueva generación de datáfonos, sino también en proyectos como la billetera digital y plataformas de comercio electrónico, pensando en los consumidores jóvenes.
 

RBM Redebán trabaja en lo mismo. Andrés Duque, su presidente, dijo a comienzos del 2015 que tenían 10 millones de dólares para reforzar su campaña de llegar con esos POS móviles a 15.000 nuevos comercios este año y elevar la cifra a 30.000 equipos en el 2016.
 

Hacer que se reduzca el uso del efectivo y aumente el del dinero plástico es una tarea que requiere de la intervención de todos los actores de la cadena, en especial de los emisores (bancos) y las multinacionales de pagos.
 

Humberto Guihurt, director de Visa en Colombia, dijo que parte de la estrategia de la compañía en el país se enfoca en que los clientes se sientan más cómodos utilizando las tarjetas para pagos, por lo que están lanzando productos según las necesidades de las distintas categorías de consumidores, incluidos los de altos ingresos.
 

“Tenemos listos varios productos que lanzaremos en los próximos días, pues le estamos apostando mucho a la masificación, vinculando desde artesanos hasta empresas de distintos tamaños. Seguimos con crecimientos del 15 por ciento, que es bueno, pese a una leve desaceleración en el primer trimestre. Las proyecciones son buenas, y en eso ayudarán los desarrollos que empezamos a traer al país enfocados en evitar el fraude y aumentar el comercio electrónico”, destacó.
 

Eduardo Tobón, presidente mundial de Diners Club, cree que ha habido un desplazamiento paulatino del efectivo a los medios de pago electrónicos, lo que ha permitido que todas las tarjetas tengan crecimientos importantes.
 

“Colombia todavía depende mucho del efectivo, y eso deja un espacio importante para crecer. Estamos implementando nuevas tecnologías que les facilitarán la vida a los consumidores y usuarios de tarjetas, que poco a poco se irán acoplando a esta forma de realizar sus pagos, sean tarjetas o billeteras digitales, debido a que resultan más eficientes y con mejor capacidad de hacerles seguimiento desde las empresas, el banco, el comercio y el Gobierno”, comentó.
 

Tarjetas, pago digital y efectivo
 

Según los analistas de BSLatam, la región aún tiene el desafío de lograr que la tarjeta de crédito sea un medio cotidiano para el habitante promedio. Así, la telefonía móvil permitirá la expansión de los negocios y pagos con tarjetas. Los pagos digitales cobrarán más protagonismo sin que los demás medios desaparezcan, sino que se integren y convivan.
 

Fuente: El Tiempo, Colombia