Son 3.673.593 las tarjetas de crédito activas otorgadas por las casas comerciales (o multitiendas) las que se esfumaron en casi ocho años, lo que en la industria califican como pasar de la era de la masificación del crédito a la era de la calidad.
 

Desde el año 2007, la industria ha presenciado cómo el universo de tarjetas activas -con movimientos en los últimos tres meses- ha disminuido en 43%, pasando de 8.520.158 plásticos a 4.846.565 a febrero de 2015, según cifras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif).
 

El cambio en el escenario se comenzó a gestar tras el fraude que se destapó en la multitienda La Polar en 2011, situación a partir de la cual la industria del retail comenzó a vivir un profundo cambio. Una mayor supervisión de las autoridades y modificaciones normativas fueron la tónica en el negocio. Y todo está afectando al que llegó a ser el principal recaudador de ingresos para las empresas: los créditos para la compra de productos a través de las tarjetas de las multitiendas.
 

Las mayores exigencias y la caída en la tasa máxima convencional, entre otros factores, han llevado a la industria a reenfocar el negocio, con lo cual las empresas han vuelto a poner el ojo en la venta al detalle, que es el origen de esta industria. 
 

En más. Luego que Cencosud acordara vender su división financiera, hay otras compañías que podrían seguir sus pasos.
 

La operación consideró la compra del 51% de la administradora de tarjetas de crédito de Cencosud (CAT) por parte de Scotiabank, en unos US$300 millones. Adicionalmente, el banco financiará el 100% de la cartera de tarjetas de crédito en Chile del retailer, monto cercano a los US$1.000 millones.
 

La operación ha sido analizada por otras multitiendas de menor tamaño, como una opción para inyectar recursos frescos y hacer frente a los cambios normativos que han hecho más complejo el desarrollo del retail financiero.
 

De hecho, varias casas comerciales han tomado contacto con bancos de inversión para analizar el tema.
 

Al banco
 

La baja en el número de tarjetas del retail ha significado un mayor número de clientes bancarios. La primera en pasarse al lado de la banca fue Ripley, que traspasó a Banco Ripley sus 2,6 millones de tarjetas de retail vigentes.
 

Le seguirá Cencosud, que traspasará sus 2,3 millones de tarjetas (Más Paris, Jumbo, Más Easy y Cencosud) y las deudas asociadas a esos plásticos a la nueva sociedad controlada por Scotiabank y, como tal, quedará regida por la Ley de Bancos.
 

En lo concreto, estas operaciones se traducen en que la cobranza de los créditos de los tarjeta habitantes de Ripley y Cencosud se rigen por los estándares bancarios y que sus datos de endeudamiento serán actualizados y liberados periódicamente a la banca.
 

Las ganancias
 

Luego que se masificara el negocio financiero, muchas multitiendas comenzaron a depender casi exclusivamente de esta división. Varias sólo registraban utilidades gracias al préstamo de plata a sus clientes. Esta división se amplió e incluso permite el avance en efectivo y el pago en comercios asociados.
 

Dado esto, en varias compañías el margen bruto del área financiera supera con creces la división retail.
 

No obstante, las nuevas normas y la baja en la tasa máxima convencional ha puesto mayores dificultades al desarrollo del negocio. Incluso, varios ejecutivos de la industria destacan que el área financiera ya no será la panacea que llegó a significar hace pocos años.
 

Dado esto, el desafío de los principales ejecutivos ha sido retomar y mejorar la división de venta al detalle. Es decir, que las empresas vuelvan a tener su foco en la venta de ropa, electrónica y línea blanca, entre otros productos.
 

Fuente: Pulso, Chile