La nueva moneda creará un sistema de pago instantáneo que funcionará por separado de los bancos, dejando a los usuarios independientes para las operaciones de pago y recibo.

El Real Digital funcionará con una stablecoin, una moneda con un valor estable, siempre con un valor de R$ 1,00, a diferencia de las criptomonedas como Bitcoin o Ethereum, cuyos precios varían con el mercado, y tendrá convertibilidad inmediata y sin costos financieros al Real tradicional.

Asimismo, liberará a las personas de tener cuentas bancarias para realizar transacciones de cobros y pagos. Funciona como el papel moneda, cada vez más en desuso, pero que se almacenará en una billetera digital, no en el banco.

De esta forma, el banco ya no será necesario como intermediario para realizar transacciones y transferencias. Todo lo que necesita es un teléfono celular con internet y la persona puede hacer transferencias de billetera a billetera.

Todavía habrá otras posibilidades como la conversión rápida de Real Digital a otras monedas digitales en operaciones de cambio. Las entidades financieras tendrán que reinventarse para seguir ofreciendo servicios a los clientes, probablemente a costes inferiores o inexistentes.