Carlos Mirque tiene un pequeño negocio de venta de productos hechos con molas, en Usaquén, y acepta tarjetas de crédito en su negocio. De acuerdo con este empresario, anteriormente, cuando no tenía datáfono, debía rechazar ventas porque había personas que no llevaban el efectivo suficiente para hacer su compra. Calcula que desde que recibe tarjetas débito y crédito logró incrementar sus ventas en 50 %.
 

De acuerdo con Mastercard, en los últimos años, diseñadores independientes y artesanos, con pequeños negocios, han incluido entre sus modalidades de pago el dinero plástico, bien sea a través del uso de datáfono, ventas por internet o telefonía móvil.
 

“Los consumidores están acostumbrados a la facilidad y velocidad de los pagos electrónicos, y como resultado están descubriendo la incomodidad, inseguridad y lentitud que implica el uso de efectivo”, afirmó Ricardo Ibarria, vicepresidente Senior Regional de Aceptación para Latinoamérica y el Caribe de MasterCard.
 

Adicionalmente, de acuerdo con Ibarria, en la medida en que va avanzando la tecnología, los negocios que no adoptan estos modos de pago van quedando rezagados.
 

De acuerdo con la firma, hay tres beneficios claves que aportan los pagos electrónicos a los microempresarios: aumentan las ventas y el número de clientes atendidos; da más seguridad a sus clientes, pues deben cargar menos dinero en efectivo, y mejora la experiencia de los compradores, pues ofrece variedad de opciones de pago.
 

Más datáfonos y tarjetas
 

Una evidencia de la importancia que está tomando el dinero plástico en los negocios de Colombia es que en los últimos tres años el número de datáfonos instalados ha tenido un incremento de 39,2 %. Actualmente hay 220 mil datáfonos instalados.
 

De acuerdo con Credibanco, en el 2012 se realizaron 174 millones de pesos en transacciones a través de este medio, y estas sumaron 63 billones de pesos.
 

En el país, hay más de 6 millones de personas con tarjetas de crédito, según las estadísticas de Asobancaria.
 

Fuente: Portafolio, Colombia