A Brasil le está pasando algo que poco tiempo atrás era difícil de imaginar: sus negocios con el resto de América Latina parecen estancados o, incluso, en retroceso.
Con problemas para recuperar un ritmo de crecimiento robusto, el gigante sudamericano enfrenta cada vez más desafíos en materia de comercio e inversiones en su propia región, según expertos.
El Producto Interno Bruto (PIB) brasileño creció apenas 0,6% el primer trimestre de este año respecto a los tres meses anteriores, informó este miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La cifra fue menor que las previsiones del gobierno y del mercado. Tras un magro crecimiento de 0,9% el año pasado, la mayor economía latinoamericana sigue lejos de repetir el salto de 7,5% con que deslumbró al mundo en 2010.
Las exportaciones y desembolsos para proyectos empresariales de Brasil en América Latina se han contraído, debilitando la fuerza económica que el país exhibía recientemente en su vecindario.
"Sí, la cuestión del crecimiento afecta la posición de Brasil en la región", dijo Armando Castelar, coordinador de economía aplicada en el Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
En retroceso
Las exportaciones de Brasil a América Latina cayeron 9,4% el año pasado, bastante más que las ventas del país a todo el mundo (-5,3%), según datos del ministerio brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
El retroceso se sintió especialmente en la exportación regional de productos industriales brasileños, sujetos a una fuerte competencia desde otras regiones y sobre todo de China.
Este año la retracción exportadora continúa: las ventas de Brasil a Latinoamérica y el Caribe disminuyeron 5,9% entre enero y abril.
Por otro lado, los desembolsos del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) para proyectos de compañías brasileñas en América Latina cayeron 34% el año pasado, cuando sumaron US$ 1.070 millones.
Esos préstamos destinados sobre todo a obras en infraestructura solían verse como una señal del creciente poder económico brasileño en el vecindario, tras aumentar más de mil por ciento la década pasada.
Un ejemplo de las dificultades de algunas empresas brasileñas para avanzar en la región fue la decisión del gigante minero Vale de suspender en marzo un proyecto de potasio en Argentina por unos US$ 6.000 millones, aduciendo un aumento de costos.
Competencia en el barrio
Castelar indicó que el menor crecimiento económico de Brasil puede afectar las inversiones de empresas extranjeras que en 2010 y 2011 llegaban al país atraídas por su enorme mercado en rápida expansión.
Y agregó que los inversores pueden ver ahora más atractivo el surgimiento de la Alianza del Pacífico, el nuevo bloque comercial entre México, Colombia, Perú y Chile, países considerados más abiertos al libre comercio.
"Es un mercado básicamente del tamaño de Brasil en términos de población y PIB, que está creciendo mucho más rápido y con fundamentos económicos más sólidos", le dijo Castelar a BBC Mundo.
El expresidente brasileño Fernando Hernique Cardoso le dijo al diario Folha de Sao Paulo que la formación de la Alianza del Pacífico se debe en parte a que "Brasil no consiguió ejercer un liderazgo capaz de impedir la fragmentación de América del Sur".
¿Liderazgo en riesgo?
Pese a todos los esfuerzos del gobierno de Dilma Rousseff para estimular el PIB brasileño, los economistas creen que el país se expandirá debajo de 3% en 2013.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también revisó a la baja este miércoles la proyección de crecimiento de Brasil para el año: 2,9%, menos que el promedio mundial de 3,1% y de la proyección previa de 4%.
Con una de las peores tasas de crecimiento en América Latina el año pasado, Brasil es visto como un factor clave para la desaceleración de la región.
El Fondo Monetario Internacional desestimó el mes pasado que el gigante sudamericano pueda crecer encima de 4,2% hasta 2018, en parte debido a una posible baja en los precios de las materias primas.
De acuerdo a los datos oficiales divulgados este miércoles, la actividad agropecuaria fue fundamental para el PIB brasileño en el primer trimestre, con un aumento de 9,7%, y la inversión avanzó 4,6%. Pero la industria se contrajo 0,3% y el consumo estuvo casi estancado (0,1%).
"Los números fueron decepcionantes", afirmó Luciano Rostagno, estratega jefe del banco WestLB de Brasil. "Continúan las dificultades para crecer y la competitividad brasileña se sigue mostrando baja frente a otros pares del mundo".
Oliver Stuenkel, un experto de la FGV en relaciones internacionales, negó que los problemas económicos ya afecten la estrategia regional de Brasil, pero advirtió que eso puede ocurrir.
"La capacidad de un país de ejercer su liderazgo está influida también por su capacidad de crecer económicamente", le dijo Stuenkel a BBC Mundo. "Si vamos a tener un PIB flaco por algunos años más, veremos el proyecto brasileño debilitado".
Fuente: BBC Mundo
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