Bajo este esquema, las empresas que quieran recibir las ayudas están invitadas a presentar planes que indiquen los que supondría para ellos, sus empleados y sus clientes, trabajar sin efectivo. A continuación, deberán utilizar las ayudas en mejorar sus sistemas de punto de venta sin dinero físico. La cantidad restante pueden destinarse a la comercialización, explicó la compañía.
 

El objetivo de VISA es claro: impulsar el pago con tarjetas en pleno auge de los sistemas de pago por móvil. Sólo en Reino Unido, los minoristas gastaron 1.290 millones de dólares en 2016 para adecuar sus sistemas de pago con tarjetas.
 

La UE ha introducido recientemente una regulación para ayudar a las empresas, especialmente pymes, para hacer frente a esta carga. El problema de los minoristas sigue siendo el primario, la cuota que debe abonar en cada transacción. La industria anima a reducir estas tasas más allá de la ayuda inicial para implementar los sistemas de pago.
 

Se estima que, a partir de este año, más de la mitad de todas las transacciones en Reino Unido se realizará a través de pagos con tarjeta, impulsados por la creciente popularidad del comercio electrónico y de servicios como Apple Pay y similares.
 

No obstante, un responsable del Banco de Inglaterra ha advertido contra el aislamiento a los clientes que siguen prefiriendo pagar sus compras en efectivo. 2,7 millones de personas (5%) dependen exclusivamente del dinero físico en Reino Unido para sus pagos, por lo que ha insistido en la necesidad que los minoristas garanticen “la inclusión financiera”.
 

Fuente: Muycanal.com