Según un Informe de Deloitte y el World Economic Forum, pese a que han cambiado la estructura de la industria, aún están lejos de dominarla.
El potencial de las fintech es indudable. Estas firmas, que se sirven de la tecnología para proporcionar servicios financieros, comienzan a ganar terreno a las grandes corporaciones tradicionales. Sin embargo, y pese a que su irrupción ha cambiado la estructura de la industria, así como las provisiones y los hábitos de consumo, todavía están lejos de convertirse en jugadores dominantes.
En el informe “Más allá del FinTech: una evaluación pragmática del potencial de disrupción en la industria de servicios financieros”, elaborado por el World Economic Forum en colaboración con Deloitte, se estudia el papel transformador de las fintech y otras fuerzas disruptivas presentes en los servicios financieros en su conjunto, así como en siete sectores específicos, incluyendo banca digital, préstamos, seguros, infraestructura de mercado, gestión de inversiones y crowdfunding de capital.
El documento señala como muchas de las fintech que irrumpieron en el mercado con la intención de convertirse en operadores dominantes han tenido que rebajar sus expectativas y construir alianzas con los actores tradicionales, a la vez que luchan contra las economías de escala e intentar captar clientes propios.
No obstante, en el haber de las fintech hay que anotar que han tomado la iniciativa y marcado la dirección, así como la forma y el ritmo en la innovación en casi todos los subsectores de servicios financieros, a la vez que han triunfado como empresas independientes y se han convertido en partes cruciales de las cadenas de valor.
Mejora para el cliente
La llegada al mercado de estas firmas ha cambiado las expectativas del cliente, estableciendo nuevas necesidades sobre todo en el campo de la experiencia del usuario. Además, han posibilitado que grandes corporaciones tecnológicas como como Apple y Google entren en el mercado de la adjudicación rápida de préstamos, lo que ha puesto en alerta a la banca tradicional, que se ha visto obligada a renovarse para no ceder cuota de mercado.
Sin embargo, las previsiones sobre la propensión al cambio por parte de los clientes fueron demasiado optimistas. Los costes para el cliente en muchos casos no justifican la adopción de un nuevo operador, sobre todo en aquellas geografías donde los proveedores de servicios históricos no existían o no cubrían las necesidades para el usuario, por lo que los nuevos actores no han podido adoptar economías de escala.
Tampoco han tenido mucho éxito en la creación de vías de pago alternativas, tanto para particulares como para los mercados de capitales, ya que su principal fortaleza ha sido mejorar los ecosistemas e infraestructuras existentes.
Pese a todo, y aunque han fallado en romper con las reglas existentes en un panorama muy competitivo, el informe indica que sí que han sentado las bases para una futura disrupción. Muchas firmas financieras tradicionales han tornado esta amenaza en una oportunidad para mejorar, aunque la rapidez y el gran número de innovaciones siguen constituyéndose como un peligro potencial.
El documento destaca ocho fuerzas disruptivas con el potencial necesario para cambiar el panorama competitivo del ecosistema financiero:
1. Reducción de costes: La adopción de estándares de mercado derivados de la adopción de nuevas tecnologías redundará en un menor coste.
2. Redistribución de beneficios: Las fuentes de ingresos (profit pools) dentro y entre las cadenas de valor cambian con las nuevas tecnologías.
3. Resposicionamiento en la industria: Los distribuidores disfrutarán de una posición de fortaleza estratégica como dueños de la experiencia del cliente; los fabricantes evolucionarán buscando mayor escala y/o especialización.
4. Aumento de las plataformas: Las instituciones financieras están convirtiéndose en plataformas de múltiples proveedores que funcionan como canal de distribución y comercialización a través de las distintas geografías.
5. Monetización de datos: Los actores financieros comienzan a utilizar una combinación de estrategias de datos para seguir el ejemplo de otras empresas para lograr ingresos con los mismos.
6. Mano de obra biónica: Las nuevas tecnologías, tales como la Inteligencia Artificial, supondrán cambios importantes en la fuerza de trabajo de las instituciones financieras.
7. Tecnologías de relevancia sistémica: Las firmas financieras, independientemente de su tamaño, dependen de las capacidades de las grandes empresas tecnológicas.
8. Regionalización financiera: La diversificación de las prioridades regulatorias y las necesidades de los clientes está dando paso a modelos de servicios financieros adaptados a nivel regional.