Mario Di Costanzo, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), reconoció que es una señal de alerta tanto para la institución, como para los bancos y usuarios, ya que este número ha registrado un aumento en los últimos dos años.
 

De acuerdo con un análisis que realizó la Condusef con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), durante el primer semestre de 2013, las instituciones bancarias recibieron poco más de 2,2 millones de reclamaciones monetarias, de las cuales 1,49 millones tuvieron como origen un posible fraude en materia de robo o extravío, falsificación, comercio electrónico y transferencias y significó un incremento de 10 por ciento a lo registrado en el mismo período de 2012.
 

Di Costanzo detalló que, por producto, la tarjeta de crédito tuvo un millón 49 mil reclamaciones derivadas de un posible fraude, lo que significó 70,4 por ciento de la participación total; seguida de las tarjetas de débito y en tercer lugar los depósitos a la vista.
 

En el primer semestre de este año, la Condusef registró que el monto reclamado en los casos en que se presume hubo fraude en tarjetas de crédito, ascendió a mil 729 millones de pesos, del cual el 84 por ciento de las reclamaciones concluidas fueron resueltas a favor del usuario, pero sólo representaron la devolución del 52 por ciento del monto reclamado.
 

Por canal transaccional, las terminales punto de venta tuvieron 744 mil 066 reclamaciones fraudulentas, lo que representó el 71 por ciento del total, seguidas de las transacciones sin presencia física de la tarjeta, es decir compras por Internet, las cuales significaron 290 mil 246 reclamaciones, 28 por ciento del total.
 

Sin embargo, la Condusef alertó que las reclamaciones sin presencia física crecieron en 142 por ciento al comparar 2011 con 2013.
 

Ante este panorama, adelantó que evalúan la posibilidad de que las tarjetas a solicitud del usuario mantengan la banda magnética, además de que analiza el crear una Base de Datos de Operaciones Potencialmente Fraudulentas para adoptar mejores prácticas preventivas.
 

Fuente: El Financiero, México