La inclusión financiera es proceso necesario para reducir los niveles de pobreza y potenciar la productividad de las empresas en un entorno global de mayor competencia. Perú tuvo un avance sustantivo entre 2011 y 2014 porque el porcentaje de personas que accedieron a una cuenta bancaria pasó de 21% a 29%. 
 

El acceso de los peruanos a servicios financieros innovadores también ha sido destacado por el BM como uno de los indicadores más importantes del saneamiento de la economía nacional. 
 

Incluso el organismo multilateral ha puesto al Perú como líder en la promoción de este tipo de instrumentos, lo que demuestra la confianza de las entidades financieras y bancarias en la capacidad adquisitiva y en el bajo índice de morosidad de la población.

 

Gracias a la expansión económica peruana, la inclusión financiera ha sido una consecuencia natural del crecimiento, al punto que nuestro país ha alcanzado ese liderazgo en este campo a escala mundial, todo ello gracias a los esfuerzos del Ministerio de Economía y Finanzas por lograr esa inserción en el sistema formal para alcanzar un grado de finanzas sanas y evitar el ingreso de dinero sucio en el circuito bancario.
 

La importancia de esta inclusión tiene un sustento irrebatible: los servicios financieros no representan una actividad o relación aislada entre los bancos y la gente, van más allá. El uso de sus herramientas permite, entre otros beneficios, facilitar las transacciones que las personas realizan y permitir a las autoridades ejercer control sobre el movimiento financiero en el país, a fin de evitar el lavado de dinero y el enriquecimiento ilícito. Por ello el BM destaca que el país haya logrado un excelente progreso en inclusión financiera, lo cual se refleja en el crecimiento del sector microfinanciero, así como en la multiplicación del número de puntos de acceso a los servicios financieros y el sostenido incremento del número de clientes del sistema financiero.
 

De hecho, resalta el éxito obtenido por los cajeros corresponsales, uno de los sistemas preferidos por los usuarios, frente a las agencias bancarias, debido a la rapidez en la atención, la cercanía espacial y la sensación de mayor confianza. También el potencial de la banca móvil por su contribución a una mayor inclusión financiera mediante una reducción de costos, aprovechando la infraestructura existente y sus cualidades (como la privacidad y seguridad del servicio), y el rol que cumple el sector privado con el desarrollo de una Plataforma Única de Dinero Electrónico.
 

En ese panorama destaca la función cumplida por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP para la puesta en marcha de nuevos modelos de inclusión financiera, entre ellos los basados en las últimas tecnologías de la comunicación, así como en la aprobación de regulación en materia de transparencia de la información y protección al consumidor.
 

Fuente: El Peruano, Perú